2 de septiembre de 2009

Oro y Azul V


Los catorce metros de eslora del modelo Atlantis 42, le hacían el barco ideal para pequeñas excursiones y no se podía quejar del trabajo, muchos turistas le contrataban para pequeños paseos por la costa, las leyendas de muerte, naufragios y contrabandistas en la Costa de la Muerte, siempre atrae a personas. Desde que el maremoto había ocurrido, no se movía de su barco, los daños no eran muchos, pero una buena limpieza le haría falta. Suso no era lo que se podría decir un hombre muy risueño, ese barco era su única pertenencia, y perderlo lo hubiera dejado sin su medio de vida.


Las hora transcurren lentas, pero poco a poco, el barco iba sacando sus mejores galas, aunque la parte de limpieza de los sofás de piel le tenia preocupado; no tenia ni idea de como hacerlo o que producto usar, de esa parte se encargaba una anciana, a la que por 200 euros le limpiaba todo el interior cada vez que llegaba al pequeño pueblo de Camariñas. La viuda que había perdido hacia ya años a su marido y a su hijo en el mar, era su único medio de supervivencia; la limpieza del Leviathan. Suso se reía pensando en todas la broncas que le caen por elegir ese nombre para el barco, las ancianas gallegas eran muy supersticiosas y el nombre de una criatura diabólica no era lo mejor para esas latitudes. ¿Que habría sido de ella?, le asustaba pensar que la anciana hubiera muerto. En cuanto pudiera saldría para allí, aunque tal como estaba el puerto de La Coruña, la cosa llevaría su tiempo. Escucho unos tacones por la pasarela de madera que daba acceso a la embarcación, giro la cabeza y allí la vio, unas botas con unos tacones demasiados altos para un lugar como este, pensó Suso. El vestido le llegaba por la rodilla, el joven se imagino como seria por arriba, pero con la cazadora ribeteada en piel que llevaba se le hizo imposible saberlo, con el pelo recogido en una cola, la bella mujer se dirigió con paso firme hacia donde Suso la observaba.


- ¿Jesús Alpuente?, pregunto la joven.

- Ese era mi padre, yo soy Suso. Respondió volviendo a las tareas de la limpieza.

- Necesito que me lleve en su barco Suso.

- ¿Esta de coña?, acaso no ve todo lo que ha ocurrido. Los muertos, los destrozos en la ciudad..., Suso la miro directamente a los ojos, y descubría en ellos un azul intenso, ese azul del mar cuando se refleja en ellos los rayos del sol.

- Mire Suso, he preguntado quien seria capaz de salir ahora mismo en la cafetería del Puerto, y me han respondido que solo usted se atreverá a salir...

- ¿Y que más le han dicho de mi?, le corto Suso, que me vendo por unos cuantos billetes, Señorita eso fue hace ya mucho tiempo; mi padre era el contrabandista no yo.

- Mire le ofrezco lo que me pida, tengo dinero pero necesito salir de aquí, no tengo noticias de mi padre, y las comunicaciones no funcionan, las carreteras están cortadas, y los teléfonos e Internet tampoco, la mirada de desesperación de la joven era evidente, no le mentía.

- ¿A donde quiere ir?, si se puede saber. Suso cada vez estaba más seguro que hoy tendría que salir al mar.

- ¿Me llevara entonces?

- Primero digame a donde va, y luego decidiré si la llevo o no.

- Necesito que me lleve a Camariñas.

- Bien suba la llevare, no me ha dicho su nombre ni por que tiene que ir en este preciso momento.

- Me llamo Eva Bandrés y necesito ir, por que no se nada de mi padre desde que ocurrió el tsunami, es la única familia que me queda, y esta en Camariñas.

- Venga suba, aun tenemos para una hora antes de salir, ya ve que el barco se salvo por poco, pero no es precisamente ahora mismo una embarcación digna para nadie, señorita Bandrés

- No se preocupe, no es un viaje de placer, y aunque le parezca lo contrario me amoldo a todas las situaciones y por favor llámame Eva, respondió la joven ya más tranquila.

- Bien Eva, si quiere puede dejar el bolso en el camarote de proa, respondió Suso con una sonrisa, esta bastante adecentado para las circunstancias y si quiere hay algo de beber en la nevera, no se preocupe todo lo he traído hoy.

- Gracias Suso.


Al cabo de una hora estaban listos, solo quedaba sortear la prohibicion de la Autoridad Portuaria de zarpar a todo lo que no fueran servicios de emergencia. Suso, tampoco es que le preocupara mucho, los problemas eran constantes por recoger turistas fuera de los lugares establecidos, y las sanciones se le acumulaban en el escritorio. Los dos motores diesel Volvo D6 EDC 310, rugieron cuando los puso en marcha; lentamente soltó los amarres a tierra firme y dejo que Leviathan fuese lentamente para atrás, vio correr a varios vigilantes gritando que parara. El barco con sus lineas estilizadas fue girando hasta poner la proa mirando a la ría coruñesa, los motores volvieron a rugir esta vez con más fuerza cuando la mano de Suso abrió gas, la proa se levanto y la columna de agua que dejo detrás hizo que los vigilantes de seguridad cayendo por el otro lado del pantalan. Eva se encontraba a su lado riendo por la situación.


- Siento que vayas a tener problemas por mi culpa, te lo compensare Suso, pagare todo lo que haga falta y asumiré todas las culpas ante las autoridades.

- No te preocupes, de todas maneras, si no era hoy en los próximos días tenia pensado ir hacia Camariñas, yo tambien tengo allí intereses, no familiares pero casi. ¿Te puedo preguntar algo?.

- Claro hombre, es tu barco, sonrió Eva.

Le gustaba la sonrisa de la joven, era muy natural y sincera, no como las de muchas personas que solo por caer bien te dejaban caer una sonrisa forzada, que lo único que conseguía era deformar la cara. La de Eva no era una sonrisa que salia de dentro.

-Me suena tu apellido, Bandrés, pero ahora mismo no caigo de que.

- Tu no ves mucho la televisión, ni compras muchos periódicos, ¿verdad?.

- No la verdad es que aborrezco la televisión y casi no la veo.

- Mi padre es el accionista mayoritario de la petrolera Conf y yo soy su hija, como dicen en los programas rosas, la París Hilton española.

- Venga ya ¿En serio?, la cara de Suso reflejaba el asombro de saberse con la hija del hombre más rico de España y del mundo. ¿Y con todo el dinero que tiene tu padre por que me buscaste a mi para llevarte?.

- No se nada de mi padre desde hace tres días, y en la compañía hay demasiado intereses por hacerse con su paquete accionarial. Yo para ellos soy la niña pija, que va de fiesta en fiesta gastando en vestidos. Realmente no tengo a nadie de confianza, todo el mundo se piensa que con tener dinero lo posees todo; mi padre me enseño desde niña que el dinero no da la amistad, ni la confianza, por eso acudí a un desconocido; no me fío de nadie de mi entorno.

- Bueno esta bien, vamos a poner rumbo a Camariñas, a toda maquina son tres horas de viaje.

Puso el barco a piloto automático una vez que salieron de la ría coruñesa, 22 nudos a la hora supondrían cuatro horas de viaje, pero el apetito comenzaba hacer mella, eran las cuatro de la tarde y desde el café de la mañana no le había metido nada al cuerpo. Los jóvenes se sentaron en la mesa de cockpit, para comer los sandwiches que Suso había traido antes de zarpar. Observaba a la joven, era hermosa, el pelo ahora suelto le caiga sobre uno de los hombros que dejaba al descubierto el vestido que tanto le costara imaginar, el color crema de la prenda dejaba ver un moreno de hacia a sus ojos brillar con más belleza todavía. No lo podría negar, la mujer encandilaba a cualquiera. Seguramente entre su dinero y su belleza los moscones no la dejarán tranquila, pero no demostraba ser la típica niña rica, la seguridad de sus palabras y sus actos rebelaban en ella algo más. Eva levanto la vista, y vio a Suso que la miraba.

- Si ya se que el atuendo no es lo mejor para las circunstancias, pero tampoco confiaba en tener suerte para que alguien me llevara.

- No.. si la verdad es que te queda muy bien... quiero decir que... Te dejo voy arriba a ver que todo va bien y que el rumbo es el correcto. Suso visiblemente nervioso se levanto con el sandwich en la mano, saliendo a la cubierta superio maldiciendo entre los dientes su estupidez y nerviosismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La cosa promete:)
Un salu2
Luisa

S. Cid dijo...

Sí..., promete bastante. Te pongo en mis favoritos para no perderte la pista. Volveré por aquí... para conocer el desenlace de la historia :-)

Saludos.

S. Cid

Anónimo dijo...

Con este episodio le has introducido una variable muy interesante y sugerente.

Mas que prometer, confirma lo que te he dicho en otros posts, es muy interesante y me tiene enganchada esta historia.

Enhorabuena.



John W.



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