28 de octubre de 2009

New World VI


No podía creer que aquel viejo dibujo volviera aparecer de nuevo. El viejo manuscrito de Leonardo da Vinci, y un viejo plano de una ciudad justo detrás del manuscrito. No era posible que un viejo dibujo prohibido desde hacia 50 años, que había destruido minutos antes había sido imprimido de nuevo y sin orden dada. El sonido de una llamada la sobresalto.

- Diga. Una sombra de la que apenas si resaltaba el blanco de los ojos, se presento ante ella.
- Señora, destruya todo lo que ha visto y olvide, que alguna vez las ha visto. Es lo mejor para usted, su marido fue demasiado curioso, para él ya es tarde. 
 - Oiga, ¿quién es usted?, ¿que sabe de mi esposo, donde esta?.
- Olvide lo que ha visto, y por su bien destruya todo.

Un pequeño zumbido dio por finalizada la conversación.  Henna observo la forma del pano, y recordó una conversación que había tenido con Lewis hacia unas semanas, después de verlo enfrascado en la lectura de unos documentos durante varias horas.


- ¿Que lees Lewis?.
- Algo de metafísica.
- ¿Metafísica?, ¿que tienes que ver tu con la metafísica?
- No es nada oficial, es a titulo privado. Una apuesta con Carlton. Si una tontería de que un símbolo es la representación de una idea. Locuras de Carlton, y pensamientos simbólicos.
- Te dolerá la cabeza después Lewis, te espero en la cama amor mio.

Henna estaba cada vez más segura de que Lewis había visto u oído algo peligroso, y que por eso le habían detenido. Lo único que no encajaba en aquel puzzle era el cadáver de Carlton. Si Lewis le estaba ayudando, no era lógico que lo hubiese asesinado.
- Símbolos e ideas, ¿a que te referías Lewis?. ¿En que lío te has metido?
 Cansada decidió darse una ducha , antes  de acostarse. Subió las escaleras que llevaba al piso superior, las piezas de su ropa iban quedando desperdigadas por toda el recinto; se acerco al baño encendiéndose las luces.

- Ducha relajante, caliente y fría.

Se metió en la ducha, y en cuanto puso el pie el agua comenzó a salir a 24º, el agua caía sobre su melena negra, que le caía sobre la espalda. Era lo mejor del día, el agua reparadora le ayudaba a pensar sobre la semiótica, debería estudiar el significado de los signos, de los símbolos, sus estructuras. A los cinco minutos el agua cambio situándose en 19º, la notaba fresca sabía que esos cambios tan bruscos relajarían toda su musculatura, movió sus piernas y brazos para estimular la circulación y endurecer los tejidos. Estaba agotada de ir de un lado hacía otro, en busca de repuestas a todo aquel galimatias que significaba su vida de repente. Salio de la ducha, cogiendo la toalla que estaba a su izquierda, su pelo lo recogió en otra toalla más pequeña, mientras se iba secando lentamente su cuerpo, le gustaba notar las gotas de agua durante unos minutos en su piel.

- Realmente es usted muy bella, Lewis tiene suerte de tenerla. Otros no tenemos a nadie y sentimos envidia.

Henna se detuvo atemorizada, por la presencia de un hombre sentado encima de su cama, la toalla se deslizó entre sus manos, dejando al descubierto todo su cuerpo al desconocido que invadía la intimidad de su habitación. La persona que misteriosamente la había estado vigilando se levanto, y recogiendo la toalla del suelo y tendiéndosela a una temblorosa Henna. Esta se encontraba apoyada contra la pared del cuarto y reticente tendió la mano para asir la toalla que le ofrecían para ocultar su cuerpo de la mirada del desconocido.

- ¿Quién eres? ¿como has burlado el sistema de seguridad?
- Vengo para ayudarte, Lewis es amigo mio y estoy preocupado por su situación.
- ¿Sabes donde esta? Henna, se acercaba al armario reclinando la espalda sobre la pared, introdujo la mano en el interior, sacando una sudadera y el pantalón de un chándal, poniéndolos por debajo de la toalla, e intentando no despegar la vista del hombre situado a cinco metros de ella.

- No se donde esta, pero lo podemos buscar juntos, si quieres y aceptas mi ayuda claro.
- Tu presentación no es como para fiarme de ti, aún estoy tentada de llamar a la policía.
- Si realmente tuvieras miedo de mi, ya los hubieras llamado Henna. Además tu sabes que estas siempre vigilada, hay una patrulla pendiente de ti las veinticuatro horas del día.
- ¿Y tu como lo sabes?
- Soy el encargado de tu vigilancia, me llamo Jerry Mourre.

24 de octubre de 2009

New World V


  Allí estaba ella, con la cabeza apoyada sobre sus rodillas. Apenas si notaba el frío del suelo de la cocina, apenas si era capaz de entender lo que había ocurrido en su vida en las últimas seis horas de su vida. No reconocía apenas nada de lo que anteriormente fuera una vida plena tanto a nivel profesional como de convivencia con su marido. Sus misteriosas desapariciones, el despertar a su lado, verlo con un antiguo uniforme de soldado y armado. La aparición del cadáver de su mejor amigo  en el armario de su dormitorio vestido con la misma ropa que Lewis, para a continuación hacer su aparición la policía apuntando directamente al hombre con el que llevaba casada diez años. No entendía nada, y su cabeza intentaba analizar la situación pero los nervios la impedían centrarse en la situación.

- Céntrate Henna, debes pensar en la situación. Conoces a Lewis, no pudo ser él quien mato a Carlton era su mejor amigo, por favor.

Lentamente se levanto, y se acerco al estante de donde saco un  taza que deposito en una especie de microondas,

- Té... blanco.

Sentándose en el el taburete que tenia a su lado, saco la taza con el té blanco se lo acerco a los labios y disfruto del aroma suave e intenso, y comenzó a organizar su cabeza y a clasificar toda las situaciones en las que se había visto envuelta a raíz de las misteriosas desapariciones de su marido. Carlton, le llamara el día anterior comunicando una investigación oficial por parte del Gobierno por las reiteradas desapariciones de Lewis y ahora aparecían esos extraños símbolos en el correo de su marido. La información sobre el extraño símbolo estaba esparcida por toda la habitación la impresora había funcionado durante varias horas, había significados de todas las clases desde religiosos, pasando por esotéricos, hasta matemáticos, astrológicos, geométrico, psicológicos y fisiológicos, un autentico galimatías para ella, en lo que solamente había reconocido un antiguo dibujo del siglo XV, un dibujo prohibido por el Gobierno Mundial, que hasta se había erradicado de Internet. El tenerlo en la casa, ya significaba un grave delito. Recogió la lamina de caseína donde se grabara la imagen, reciclándola.

Justo donde estaba situada anteriormente el dibujo prohibido apareció otro extraño dibujo que antes no había visto dos tetraedros de luz, entrelazados entre ellos por un mismo centro, uno de ellos apuntaba hacía arriba y el otro hacía abajo, girando en sentido contrario el uno del otro. Acerco la lamina a la pantalla .

- Identificar dibujo.
- Vehículo interdimensional.
- Venga ya... identificar dibujo.
- Vehículo interdimensional identificado.
- Sacar copia de dibujo Metatrón.

Al momento cogió la dos laminas, viendo que el dibujo del presunto vehículo coincidía con la imagen que sacara del correo de su marido. Su cerebro de periodista, comenzó a estimar cabalas y teorías, ninguna de las cuales le daba sentido a todo lo que ocurriera con Lewis; cada teoría era más descabellada y ridícula para Henna. El anuncio de un nuevo correo llegado a la bandeja de entrada, le obligo a dejar aparcados los pensamientos.

- Abrir correo, justo en ese momento la imagen prohibida que había destruido apenas unos minutos antes volvió aparecer ante ella, sin orden alguna se imprimió inmediatamente. Henna se asusto, aquello no era normal, pero nada de lo que le estaba sucediendo lo era. En ese momento el ordenador siguio como si tuviese vida propia, dándole nombre a la imagen prohibida, por el Gobierno.

- Vitruvio.

21 de octubre de 2009

New World IV


" Con la detención de Lewis Ram, consejero y experto de seguridad dentro del Gobierno Mundial por parte de la SP, se pone fin a meses de investigación por parte de los cuerpos de seguridad a un grupo armado de terroristas que pretendían acabar con la paz en nuestro planeta. Lewis Ram, era uno de los cabecillas de esta peligrosa organización y con el cae toda la cúpula de grupo, así como varios centenares de personas más a lo largo del mundo cómplices en las acciones subversivas..." 


  Henna se encontraba en Luiggi's el restaurante de moda en Madrid, comida al estilo tradicional del siglo XX. El hombre que se sentaba al otro lado de la mesa, pasado de kilos y con un evidente problema de alopecia. Le desgradaba quedar con un personaje como él, pero era una de sus ultimas oportunidades para saber donde se encontraba su marido. Hacía ya una semana de su detención y no tenia noticias de la policía, ni de que se acusaba a su marido. Todo lo que sabia era por las noticias que daban en la televisión mundial. La habían despedido de su trabajo, merced a una orden de la SP. Todas las puertas que antes se le abrían, ahora se le cerraban o simplemente callaban antes la preguntas de la periodista.

   - No, no lo puedo entender Fredo. Tu eres el Jefe de los Abogados de la Confederación, no me puedo creer que tu no sepas donde esta mi marido, ni lo creo, ni lo entiendo de verdad.

- Mira Henna, te voy a explicar una cosa y que quede entre tu y yo. Cuando alguien, tu marido en este caso es detenido por la Seguridad Política, nosotros no sabemos nada. Estos detenidos no tienen ningún derecho constitucional, ya que se entiende que han cometido graves crímenes contra el planeta, y por lo tanto han traicionado a la raza humana. Lo siento, pero es la verdad, no se donde esta tu marido. Ojala lo supiera para poder ayudaros.

- No te creo, pero veo que este es un callejón sin salida para mi. Te creía mi amigo Fredo, pero veo que los trepas no tenéis amigos

- Vamos Henna, no seas tan cruel conmigo ademas, nadie mejor que tu para saber lo que se cuece en las altas esferas. Tu has picado muy alto para ser quién eres, así que no me vengas ahora con la doble moral de la esposa afligida y triste por el arresto de su marido.

- Que cerdo eres, todos pensáis que tener un buen par de tetas y un culo, ya supone que mi puesto me lo gane a base de tirarme a todo superior. Eres un hijo de puta Fredo, lo único que lamento es no ser hombre para partirte la boca, como te mereces.

- Venga Henna, si tu quisieras... ahora que tu marido no es...

  Henna impulso la silla para atrás, y cogiendo la botella de vino con su mano derecha la estrello contra la cabeza del hombre que tenia al otro lado de la mesa, el impacto imprevisto consiguió tirar de la silla al desprevenido abogado que la acompañaba. Los comensales de las otras mesas, asistían atónitos a la escena. El jefe de la Abogacía de la Confederación Planetaria en el suelo, sangrando por la cabeza causa del botellazo de la presentadora del programa informativo con más audiencia del mundo. Aún no recuperado del golpe Fredo, no supo lo que se venia encima hasta que fue tarde. Henna se hallaba justo de pie delante de él, viendo como la sangre brotaba por la izquierda de su cabeza, sus manos no eran suficiente tapón para evitar que fluyera, a pesar del dolor Fredo no podía dejar de admirar aquella mujer, y viéndola desde el suelo miraba a sus piernas, desde el suelo intentando imaginarse lo que llevaría más arriba de las pantorrillas, la sonrisa lujuriosa de su cara, dio paso a una terrible patada en los testículos por parte de Henna que lo trajo del mundo de los sueños eróticos al mundo del dolor indescriptible. Los aullidos de dolor se escucharon en toda la sala y en la calle. El movimiento intuitivo de los demás hombres de encogerse hacia atrás, apretando las piernas hizo sonreír a las mujeres que estaban en el restaurante.

  Henna giro sobre sus talones recogiendo su bolso de la mesa, iniciando el camino hacia la calle. Escuchaba gemir a Fredo, y se sentía satisfecha. Solo le preocupaba que su marido llevaba ya siete días detenido, y no sabía nada de él. La policía le comunicara que la Seguridad Política les había pedido el apoyo de tres patrullas para la detención de un peligroso asesino. Que ellos no tenían jurisdicción sobre los detenidos por crímenes contra la humanidad, y menos si la SP estaba de por medio en las detenciones. En el momento que abría la puerta, sonó su videomóvil, una imagen de alguien en la oscuridad apareció en cuanto contesto.

- ¿Diga?
- Esta haciendo preguntas demasiados incomodas y le traerá problemas. Le recomiendo que olvide a su marido e intente iniciar una nueva vida. Usted es hermosa, joven,  no tire su vida por la borda. Lewis no merece tanto la pena.

- ¿Quién es usted?   ¿Oiga...? La imagen desapareció dejándola con más miedo sobre el paradero de su marido. Recordaba las palabras de la presentadora del noticiario mundial. habían desaparecido más personas, que asociaban a su marido. No dejaría que esto se olvidase. Eran muchas las preguntas y ninguna las respuestas. Monto en el aerotaxi, y camino de su casa, tecleo en la pantalla del ordenador las claves para entrar en el correo personal de Lewis. Este se las había dado por seguridad, en el mundo en el que se movía su marido eran pocas las personas de confianza. La norma principal era pisotear al de enfrente para llegar a los más alto. Y el puesto de su marido era de los más codiciados. La lista de contactos era sorprendentemente corta, estaba ella, Carlton y un nombre desconocido para ella Metatrón.

- Señora, hemos llegado al destino.


-Bien gracias. Cerrando la pantalla, puso su dedo en la pantalla de pago y se bajo del vehículo. La puerta se abrió en cuanto paso los postes de seguridad, dejo el bolso en la entrada. Pidió un te blanco,y se sentó en la sala, desplegando la pantalla táctil delante de ella. Entro de nuevo en el correo de Lewis, abriendo uno de los correos de Metatrons, apareciendo ante ella trece círculos unidos en su centro por varias lineas, algunas de ellas formaban una estrella de seis puntas. Un circulo rodeado por otros seis y seis más en la parte exterior. No lo había visionado nunca y le extrañaba que Lewis tuviera algo que ver con el.

- Metatrons....

9 de octubre de 2009

New World III


- ¡Pero que coño! ¿Estas tonto soldado? Tendrías que estar ya de guardia anormal; que cojones... Te voy a dar una patada en las pelotas para que espabiles.


- Esto no esta bien, Lewis miraba hacía todos lados sin entender nada, pero alli estaba él con el uniforme de los Rangers estadounidenses durante la II Guerra Mundial, esto no esta bien sargento.

- Deja de decir gilipolleces Lewis, recoge el chubasquero y el fusil, el sargento te va a dar una patada en el culo y te hará pasar una buena temporada en el calabozo, si te pones cabezón. Carlton lo empujaba hacía la puerta, cogió su fusil y le dio el chubasquero para a continuar salir camino a la noche y a la tromba de agua que llevaba horas cayendo sobre Londres.

- Carlton ¿que hacemos aquí?, ¿donde esta Henna? ¿donde esta mi mujer?


El alto pelirrojo miraba a su amigo con los ojos totalmente abiertos, sin entender nada.

- ¿Tu mujer?, ¿Henna?, pero si tu no estas casado cabeza de alcornoque. ¿Pero quien va a enamorarse de un tipo tan feo como tu?.

Lewis frenándose de repente, cogió por el pecho a su amigo, mira no estoy loco y esta noche vamos a morir, nos matara el sargento después de que veamos salir a un extraño hombre y a los generales de la casa de Ike.

- Lewis pero ¿que demonios te pasa?, deja de decir idioteces y vamos hacer la ronda antes de que nos metan a los dos en el calabozo, toma coje tu fusil.

Los dos amigos comenzaron con la ronda de vigilancia en la casa del Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa, una reunión del Alto Mando les habían dicho para que se reforzase toda la seguridad. Transcurridas dos horas, se pararon en el porche de la entrada completamente empapados.

- Carlton, ¿tienes un cigarro?, ya no se si tengo huesos o peces, vaya noche... No, esto no esta bien. Esto fue lo que ocurrió en el...

- Veo que los soldados Ram y Carlton no tienen ganas de seguir con la patrulla de vigilancia. ¿No?

- Sargento esto no es justo, respondía Lewis, esto no puede pasar...

La puerta se abrió dejando salir al Alto Mando, y al hombre pequeño y enjuto que Ram recordaba de sus sueños, en ese momento se giro golpeando con con su brazo directamente en el brazo de su...

- ¡Lewis!

- ¿Henna? ¿Eres tu?,

- Luces, con la voz de su esposa se encendieron las luces del dormitorio ¿quién iba a ser sino?, soy tu mujer recuerdas, ¿me estas engañando c.... ¿Lewis que haces vestido con esa vieja ropa de soldado y ese fusil encima de la cama?.

A los pies de la cama se encontraba el fusil M1 Garand que Lewis llevaba durante las guardias en el sueño, aunque ahora ya no parecía tanto sueño, y el hombre comenzaba a ponerse nervioso al no encontrar ninguna explicación lógica a todo lo que le ocurría. Se levanto de la cama descubriendo que llevaba las botas puestas, y totalmente llenas de barro. Agarrando el fusil, para no asustar más su aterrorizada mujer abrió el armario empotrado, justo en ese mismo momento una sombra se abalanzo sobre él, tirándolo al suelo. Henna comenzo a gritar corriendo fuera de la habitación marital. Lewis, se hecho hacia su derecha impulsando la sombra hacia la izquierda, apartándose tan rápido como pudo de aquel bulto que le cayera encima.

   El acto reflejo fue el de coger el fusil, amartillarlo y apuntar hacía el frente. Fue entonces cuando vio como la cara de su amigo Carlton le miraba, sus ojos ausentes de vida se le clavaron en su retina, llevando un deseo de cerrar los párpados para no ver el cadáver. Su amigo también estaba vestido con las mismas ropas militares que él llevaba, las botas llenas de barro le indicaban que de donde viniera había estado juntos. ¿Pero como era posible que un sueño de una personas afectase a otra de su entorno?
 Las luces y el sonido de la policía llegando a su domicilio, le saco de su letargo, dejo el arma en el suelo y salio escaleras abajo para ver si su mujer estaba bien; en ese instante un oficial de la policía entraba en su domicilio apuntándole con su arma. Detrás de él un hombre con una cicatriz que le cruzaba la cara y con un rostro familiar para Lewis.

- ¿Sargento?

8 de octubre de 2009

New World II

2054, EN LA ACTUALIDAD

Cariño, ¿que te pasa?, el brazo de su mujer le sujetaba por el pecho, él notaba como sus senos se apretaban contra su espalda. El sudor recorría todo su cuerpo. Había despertado sobresaltado por la pesadilla que acaba de padecer, y ella siempre aparecía en sus sueños.
- ¿Qué pasa, Lewis?, de rodillas por la cama se puso delante de su marido, observo la cara de terror que tenía su marido.
- Ha... había muerto, est... aba de guardia con Carlton y nos dispar... a los dos.
- Amor mio, ¿pero que dices?, ¿muerto?, ¿con Carlton?, era una pesadilla cielo, no hagas caso e intenta volver a dormir.

 Se cumplían tres meses desde el comienzo de las pesadillas, todas las noches se despertaba con el corazón acelerado y soñando sobre su muerte, a la misma hora a las 03:33, la hora en la que le asesinaban. Todos los martes y jueves acudía a un psiquiatra que durante una hora y mediante hipnosis regresiva, intentaba saber si sus sueños se podían deber a una vida anterior, y que fuesen recuerdos dormidos durante décadas. Su mujer desconocía la existencia de otra mujer en los sueños, solo había contado que en cada uno de ellos, Carlton y él eran asesinados por su sargento, después de estar de guardia en la casa del general Eisenhower en 1945, 109 años en el pasado, durante la II Guerra Mundial.

Lo que realmente preocupaba a Lewis no era su muerte, era la extraña mujer que le decía que no era su hora, que volviera con ella y el extraño hombre que viera salir escoltado de la casa del general. Repasaba una y otra vez los archivos de la Biblioteca Mundial a través de la multipantalla en su despacho pero nada. Se conocía de memoria toda la historia del general Eisenhower, su llegada a la Presidencia de los EE.UU., que Nixon fue su vicepresidente, su muerte en 1969. Pero no sabia que tenia que ver él con un Presidente muerto hacía ya mucho.

Cuando se levanto su mujer ya le había preparado el desayuno, ella le recibió con una sonrisa y acercándose le dio un cálido beso en los labios. Se lo devolvió, agarrándola de la cintura y atraiéndola hacía él; realmente se querían. Ella una presentadora de televisión de prestigio y él experto del Gobierno Mundial en seguridad, un matrimonio de éxito que lo tenían todo excepto la explicación a los extraños sueños de él.

- Buenos días cabeza hueca. El videotelefono se conecto mostrando en la pantalla a un hombre de unos cuarenta años, su pelo color zanahoria y su amplia sonrisa eran una visión gratificante del comienzo de la jornada.

- Dejad de besaros tortolitos, que no sois unos recién casados, además dais envidia a un pobre solterón.
- Buenos días Carlton, ¿ya estas en la oficina?, acariciando la cara de su mujer se giro para ver a su amigo.
- Cielo me voy a vestir, te quiero. No seas travieso "zanahoria", y cuida de mi marido.
- Claro Henna, te recuerdo que fue gracias a mi que os conocisteis.
- Sabes que fue gracias a la bofetada que te di guapetón. Un beso.
- Nunca dejara de recordádmelo, ¿verdad Lewis?
- Y tu el día que no te lo recuerde te morirás amigo. ¿Ocurrió algo, no es habitual que me llames ya desde la oficina?
- Anoche tuvimos un aviso de que las cosas se están complicando en la zona americana. Dos muertos en la oficina de Los Ángeles. Han robado documentos sobre la doctrina Eisenhower.

La taza de café que tenía en la mano se estrello contra el suelo al escuchar el nombre del ex presidente. Los pequeños robots de limpieza, salieron enseguida para limpiar todo lo manchado.

- Lewis, ¿te pasa algo?
- ¿Que...? ¡Ah! No nada, fue solo... que me acorde de una cosa. Te veo en la oficina en 45 minutos.
- Ok, aquí estaré. Pediré más información de lo ocurrido, lo tendré para cuando llegues.
- De acuerdo Carlton. La pantalla de videotelefono, se apago con un ligero zumbido.
- Amor me voy ya, ¿quedamos para almorzar?
- Si cielo, ira Nidia conmigo, luego tenemos ambas una reunión con el encargado de viajes de la Nasa.
- Bien, a las doce en Fío's, entonces.

Vio a su mujer bajar del piso superior, el traje de falda y chaqueta azul magenta dejaba adivinar sus curvas por debajo, elegante y guapa. Recordaba cuando la vio por primera vez, en aquella fiesta que el Departamento de Seguridad Mundial, había celebrado para festejar el 75 aniversario de la unión de todos los gobiernos mundiales en uno solo. Con aquel vestido de gasa color marfil que le dejaba al descubierto toda su espalda marcando sus caderas lo había enamorado a primera vista, recordaba Carlton con varias copas de más se le había acercado y su tropezón tirando a su acompañante de entonces, le había llevado al sonoro premio de una buena bofetada.

- No me dices nada, caballero andante.
- Te quiero preciosa, te veo a las doce. Un nuevo beso de la pareja y Lewis salio para coger el SupraTren, que le llevaría desde León a Madrid en apenas 40 minutos. La parada se encontraba a dos minutos de su casa., como siempre el SupraTren llego puntual; se subió en la cabina que decía Madrid busco un butaca libre. Encontró una vacía, hoy tendría de compañera a una muchacha de unos 16 años le llamo la atención su pelo completamente blanco, sería la nueva moda pensó. El asiento se acomodo completamente a su espalda automáticamente. Se recostó, y comenzó a bajar una pantalla que le permitiría ver el canal que desease. La mano de la muchacha rozo con la suya...

- ¿Te acuerdas?, no era tu momento, debes venir conmigo. La voz de ella resonaba dentro de su mente, ella estaba allí con él. Giro la cabeza para ver a la joven, pero a su lado no había nadie. Se levanto rápidamente y descubrió que estaba totalmente solo, en la cabina no había nadie más que él.

- ¿Pero que cojones esta pasando aquí?, pulso en la pantalla la opción de videollamada, marcando el número de la oficina.
- Joder, ¿Lewis donde demonios estas?, la cara de Carlton ocupaba toda la pantalla.
- ¿Como que donde estoy? en el SupraTren, salí hace 5 minutos de León, tengo un problema Carlton, aquí pasa algo raro.
- Y tanto amigo, llevamos tres días sin saber de ti; Henna esta preocupadisima por ti.
- ¿Tres días? Estas loco, a Henna la deje hace menos de diez minutos en casa. ¿Que demonios me estas diciendo de tres días?.

La cabina se detuvo justo en ese momento, la puerta se abrió anunciando la llegada a su destino.

- Te veo en cinco minutos Carlton.
- Bien, averiguaremos que esta ocurriendo.

Lewis cogió su maletín, y se dispuso a salir de la cabina, justo en el momento de pisar el anden, vio de frente a él la cicatriz del sargento delante, miro a su alrededor y estaba de nuevo en frente a la casa del general Eisenhower, Carlton estaba justo detrás del sargento y la noche era lluviosa, una noche de perros.

- Ram, ¿que coño esta haciendo soldado?
- ¿Qué?

6 de octubre de 2009

New World


   No había parado de llover en todo el día, y ahora con aquella noche de perros allí estaba, justo delante de la casa del general Eisenhower. 
- ¿Por que coño habrán reforzado la guardia esta maldita noche?. No lo entendía, pero un simple soldado no estaba en posición de hacer preguntas, solo estaba para obedecer las ordenes dadas por sus superiores.

- Carlton, ¿tienes un cigarro?, ya no se si tengo huesos o peces, vaya noche. Se sacudía el agua del chubasquero caqui, pero la lluvia era tanta que se colaba por cualquier pliegue o pequeña raja del  poncho. Carlton era un irlandés de metro noventa y fuerte como un toro, la barba de tres día dejaba ver el color fuego de su pelo. La zanahoria, como le llamaban en la compañía metió, la mano bajo el poncho y le dio un Lucky Strike, a Lewis. Para ocultar su nombre español, Lewis había decidido cambiar su nombre por otro más anglosajón, el día que se alisto para combatir en la II Guerra Mundial, y de Luis Ramirez, había nacido Lewis Ram.

Un hombre de apenas 1.72 y con una cicatriz que le cruzaba todo la parte derecha de la cara, desde el ojo hasta el hombro se presento, casi por sorpresa delante de los hombres.

- Veo que los soldados Ram y Carlton no tienen ganas de seguir con la patrulla de vigilancia. ¿No esta la noche lo bastante despejada para los dos tortolitos?
- Sargento, eso no es justo, Lewis tiro el cigarrillo al que apenas le había dado dos caladas, solo estábamos fumando un cigarro antes de seguir con la ronda.
- Mira idiota descerebrado, la cara del sargento estaba a escaso centímetros de la nariz de Lewis, a pesar de que el soldado medía del 1.83, pero nadie sabia como, el sargento parecía crecer cuando montaba en cólera, - ni cigarro ni hostias, tendrías que estar en vuestra ronda, no fumando un cigarrillo debajo de la entrada del General...

La puerta se abría en esos momentos, los tres se cuadraron, saludando a los oficiales que comenzaron a salir. Jamas en su vida Lewis Ram había visto tanta estrella militar junta; cuatro policías militares salieron escoltando a un hombre, este era pequeño y enjuto, vestido con un largo abrigo negro, llevaba en la mano un sombrero de ala ancha, Ram cruzo su mirada con la suya, y un brillo de maldad salio del hombre al cual protegían, se paro justo delante de la puerta, saliendo Ike a despedirle.

- Esta noche le subirán a un avión para llevarle a Washington, allí le esperan y podrá incorporarse en cuanto lo considere. El Presidente esta al corriente de la operación New World, y esta de acuerdo con sus términos, sus amigos le están esperando. Un apretón de manos, fue el único gesto que realizo aquel maléfico hombre.

Eisenhower, miro como el hombre subía al coche y con él la escolta. Sin girar la cabeza, surgieron cuatro palabras de su boca.

- Es la hora, sargento.
- Si señor, comprendido. La puerta se cerro dejando solos a los tres hombres, entre la lluvia a Lewis le pareció ver unos destellos en la oscuridad de la noche.
- Vengan conmigo soldados.
- Si sargento, al unisono los dos hombres giraron sobre sus talones para seguir a su sargento. No llevaban recorridos más de treinta metros, cuando este se giro y los encañono sacando una pistola con silenciador de uno de los bolsillos de su gabardina. Sonaron seis disparos, tres para cada uno de los soldados. Carlton cayó fulminado por la primera bala que le entro directa al corazón, la muerte fue instantánea. Lewis, recibió los tres impactos en el pecho, dos en el pulmón derecho y uno en el páncreas. Cayó de bruces, mirando para el cielo, vio como las gotas caían sobre su rostro, uniéndose a las lágrimas que comenzaban a salir de sus ojos. En su cabeza solo tenia una única pregunta ¿por qué?. La cara del sargento le tapo la visión de las nubes, y el negro del cañón del silenciador fue lo último que vio antes de la oscuridad.


 Era bella, la mujer más bella que viera jamas y le ofrecía su mano, tenía que cogerla o nunca saldría de la oscuridad, estiraba el brazo pero no llegaba.

- Tienes que quererlo así llegaras, su voz resonaba en su mente, pero sus labios no se movían. Lo quieres y tu lo sabes, no es tu hora, aún no. Agarra mi mano y ven conmigo.




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2 de octubre de 2009

Oro y Azul XIII


  Suso regresaba del barco con un par de cantimploras y una pequeña mochila, colgado del cinto traía un cuchillo curvado, Eva miro para Suso no le gustaban las armas.

- ¿Suso es necesario que lleves ese cuchillo?, en la voz se le notaba cierto enfado por la presencia del arma.
- ¿Te refieres a esto?, sacando el cuchillo se lo enseño a Eva, su hoja curvada en 70º le daba una extraña forma, no parecia lo mejor para defenderse en caso del ataque de cualquiera.
- Eva, prefiero llevarlo solo por si acaso que en caso de no tenerlo nos hiciese falta, mira a tu alrededor, en casos como estos salen los más bajos instintos de las personas. Lo importante para cualquiera es sobrevivir a costa de lo que sea. No te preocupes, por el Corvo, además nos puede ser útil para cortar algo de jamón que llevo en la mochila.
- Esta bien Suso, me fió de ti. Sabrás lo que es mejor en estos casos.
- ¿Donde tenemos que buscar a tu padre?
- Tenemos una casa en un pueblo cercano A Ponte, le llaman por aquí, ¿lo conoces?
- Claro, mi familia tiene... los ojos de Suso miraron al suelo, con un halo de tristeza por los recuerdos de años atrás.
- ¿Ocurre algo Suso?
- No, nada. Te decía que mi familia tenia una casa en una parroquia cercana, en Carnés, pero eso fue hace mucho. Vamos son nueve kilómetros andando y eso nos llevara un rato.

  Iniciaron la pequeña ascensión por la que antes había sido la calle principal de Camariñas, ahora solo tierra, piedras y destrucción, las personas se escondían a su paso. El sonido de una especie de trueno les hizo mirar hacia el cuelo y vieron sobrevolar la zona a un Eurofighter Tryphoon de la Fuerza Aérea Española.

- Parece que los mandamases comienzan a moverse, esperemos que no sea demasiado tarde, Suso se agarro a una roca y se impulso sobre ella, para dar a continuación una mano a Eva y ayudarla a pasar aquel trozo de casa.
El capitán Alvarez, sobrevolaba la costa desde hacia 20 minutos y solo había visto destrucción y desolación a lo largo de la costa gallega. Pocos supervivientes, cuando salio de su base de Morón de la Frontera en Sevilla, no entendía muy bien por que habiendo bases más cercanas mandaban a la escuadrilla de Eurofighter a inspeccionar la zona, pero cuando llego a Santiago de Compostela y vio la ciudad destruida, la catedral reducida a cenizas, y casi no descubrir supervivientes en las ciudades gallegas lo entendió, las bajas se debían acercar a un 90% y eso siendo generosos. Los dos motores turbofan Eurojet rugieron cuando el capitán hizo girar el avión en dirección a La Coruña, en ese mismo momento el radar detecto un objeto acercándose por su cola, igualando la velocidad de Mach 1.3 que en ese momento llevaba el aparato, el experto piloto sabía que era imposible que otro avión de la escuadrilla C.16 estuviese con él, puesto que había sido al único que habían enviado a la costa gallega.

- Al habla el capitán Alvarez, de la Fuerza Aérea Española, estoy en misión de reconocimiento. Identifiquese objeto no identificado.

En la radio, no sonaba nada. El capitán se había quedado sin comunicaciones con tierra al poco de despegar, y no tenia contacto con su base, el radar le informaba que el objeto situado se le acercaba cada vez más, la velocidad de interceptación ahora era de Mach 1.6, no le gustaba a ningún piloto de combate ser el ratón en estos juegos, y menos en situaciones de emergencia. Alvarez acelero hasta Mach 1.8 y giro 180º para interceptar al objeto que se le acercaba por detrás; se elevo hasta los 17.000 metros, la fuerza gravitatoria le empujo contra el asiento, los 315 metros por segundo de trepada a más de 2.000 kilómetros por hora le empujaban contra atrás, las nubes pasaban como algodón entre el morro y las alas de la aeronave. Estaba a menos de dos minutos de encontrarse con el objeto no identificado, este por lo que el ordenador le comunicaba igualara su velocidad, en un giro casi en picado, el capitán inicio una caída para caer encima de lo que le estaba siguiendo, fue cuando una sombra paso justo a su lado obligando al avión a gira a la derecha para no chocar, se imagino que la sombra que vio seria la superficie alar del avión que le buscaba las cosquillas, redujo hasta velocidad de supercrucero para observar o intentar tener una visual del posible contrincante.

La nube que tenía enfrente era blanca como la leche, se notaba espesa y con poca visibilidad en su interior, pero el radar indicaba que dentro estaba parado el objeto que le seguía, se acerco rápidamente a la nube, y se encontró con una fuerte llamarada de fuego y ácido nada más que el morro toco la nube, las alarmas del avión sonaron y comenzo a caer en barrena, uno de los motores había sido alcanzado por la repentina llamarada y había explosionado. El capitán intentaba controlar la caída, cuando noto un fuerte golpe justo debajo de donde se situaba el, la nave comenzo a dar vueltas sobre su eje, y vio pasar el trozo de una de sus alas a escaso centímetros de la cabina, era el momento de abandonar el avión y salvar la vida, tiro de la anilla de expulsión y salio despedido del compartimento, vio a su avión caer envuelto en humo en medio de las nubes, giro la cabeza para ver por quien había sido atacado, la inmensa silueta negra que se le acercaba desde el norte no le hacía presagiar que pudiera salir de aquella. Saco el arma que llevaba con él y vació el cargador de 15 balas en dirección a la sombra, esta cambio de dirección a la izquierda para iniciar una aceleración mayor.

   El capitán lo ultimo que vio fue una gota de sangre que caía sobre su casco antes de que este saliera despedido por el terrible golpe que unos gigantescos dientes produjeron al cerrarse sobre el cuerpo del piloto.

1 de octubre de 2009

Oro y Azul XII


 Apoyado contra una pared observaba el kukri encima de la cama, el regalo de su abuelo, en su cabeza resonaban las palabras de Iuduan, no quería creerle pero al mismo tiempo le creía. Las piezas del rifle y la pistola colocadas sus pies estaban completamente limpias; le ayudaban a pensar y relajarse el mantener en perfecto estado sus armas, pero en este caso no había sido así. Las preguntas se repetían una y otra vez, las dudas permanecían, y las palabras sobre su abuelo no eran más que un cuchillo que se le clavaba lentamente. Los tigres estaban los dos tumbados en la cama, justo al lado del cuchillo. Repasaba una y otra vez las palabras de Iuduan, por que se lo mandaría su abuelo y que importancia tenia ahora en todo aquello. Aquella hoja ligeramente curva, con un ángulo de 24º, aquella hoja que nunca había sido afilada desde que la tenia en su poder y seguía cortando como una hoja de afeitar, ¿que tenía aquella hoja?, ¿cual era su significado?.

- Abuelo, ¿que pasa con este cuchillo?, justo en ese instante se abrió la puerta y un joven monje, entraba cargado con algunas provisiones; observo a los tigres en la cama y les hizo una pequeña reverencia, cuando de repente observo el kukri encima de la cama. Badoer lo observaba desde su lugar, que ahora quedaba oculto al monje por mor de la hoja abierta de la puerta, le miraba y pudo ver el sobresalto del muchacho al mirar para el cuchillo, todas las provisiones cayeron al suelo cuando el monje pego un salto hacía atrás en cuanto sus ojos se posaron sobre el arma. Azul rugió si salir de la cama mostrando su desaprobación.

 - Perdón, hijo de Bai Hu, soy un torpe aprendiz. Rápidamente se agachó recogiendo todas las provisiones. Badoer, miro para el kukri situado encima de la cama, de un salto se levantó llevando un nuevo susto al muchacho; se acercó a la cama y recogió el cuchillo, acercándose hasta el nervioso joven.

- Disculpa por haberte sobresaltado, veo que hablas mi idioma muy bien.
- Aquí todos lo hablamos, nieto de Niccoló Badoer, Iuduan y tu abuelo nos lo han enseñado, las palabras eran soltadas lentamente por la boca, y a Badoer le recordó que en aquellos muros todo parecia que ocurría a un ritmo menor que en el resto del mundo. Los ojos del muchacho iban de un lado hacía el otro, y cada vez que se cruzaba con el kukri apartaba rápidamente la vista.
- Tu sabes que es este kukri, ¿verdad?
- Yo no se nada, estas equivocado. Si me permites tengo cosas que hacer.

Los tigres se levantaron, y acercándose a la puerta indicaron al joven monje que lo que supiera tendría que decirlo, que no le dejarían salir. Oro se situó fuera de la habitación y sentado sobre sus patas traseras, observaba el escaso movimiento del pasillo, Azul hizo a su vez lo mismo que su hermano, pero a la espalda de Badoer y mirando de frente al cada vez más nervioso joven.

- Si lo sabes, y los tigres presienten las mentiras, además no creo que tu maestro quiera que mientas, faltarías a tus votos o como lo llaméis por estas latitudes.
- No se nada, únicamente lo que escuche a los monjes mayores...
- ¿Y que has escuchado?, Badoer se sentó a los pies de la cama, e invito a hacer lo mismo al nervioso monje.
- Esta arma fue fabricada por el Gran Maestro de los Kamis...
- ¿Kamis?, ¿que es o que son los Kamis?
El rostro del joven reflejaba que no era de su gusto las preguntas, pero sabia que ni Badoer ni los tigres le dejarían salir sin una explicación convincente.

- En Japón antes de la llegada del budismo a las islas, veneraban a los Kamis. Estos son unos, no sé como lo llamáis en tu tierra..., ¿ángeles? ¿puede ser esa la palabra, nieto de Niccoló Badoer?.
- Llámame Badoer, no se si sera ángel, espíritus, fantasmas o ente, puedes utilizar la que desees.
- Como te decía en Japón se creía y se cree, que estos espíritus, tienen fuerzas y poderes especiales o mágicos, y que cuando los humanos están en circunstancias de un grave peligro les prestan su ayuda. A los Kamis les gusta vivir en muchos lugares, hay quien los considera semidioses de la antigüedad, y su huella esta por muchas partes de la tierra, ¿te suenan los elfos, gnomos, hadas, trasgos, númna, lores, enanos?.
- Algunos si, otros no; pero casi todos me suenan de la literatura fantástica, no de cosas reales,
- Muchas veces lo real y lo irreal pueden llegar a unirse, pues bien el Gran Maestro de los Kamis, o uno de sus Grandes Maestros, Völundr  fue el que forjó tu arma, esta fue un regalo para Alejandro Magno, y con ella fue capaz de derrotar a Yinglong cuando este traiciona a Huang Di.
- No es ese Völundr, un nombre muy oriental; que dicen las leyendas.
- Las leyendas dicen que  los kamis son protectores de la humanidad, y que solo aparecen en caso de mucho peligro, a muy pocos humanos se les permite verlos o poseer alguno de sus regalos. En muchos lugares se les conoce como los protectores de los árboles, y aunque en Japón creen que el Monte Fuji es su sitio preferido para reunirse, están por todo el mundo, en los bosques, en las casas, en monasterios, o en el agua. Völundr, fue agraciado por Lei Hong y Bi Fang con el arte de la forja.
- ¿Lei Hong y Bi Fang?, estan en este palacio un poco chiflados me parece a mí. Badoer comenzaba a recoger sus cosas, el joven se levantó y acercandose a él.
- ¿Te suenan Thor y Njörôr?, estos son los dioses nórdicos del Trueno y del Fuego, Lei Hong y Bi Fang lo son aquí en China. Las coincidencias pocas veces son casuales, Badoer. Que tengas un buen viaje tu y los hijos de Bai Hu, tened cuidado con los sirvientes del mal. Ojala tengas razón y todo esto sean cuentos para niños.